LA TÉCNICA ALEXANDER PARA EL DOLOR DE ESPALDA

HENK (INGENIERO)

Después de varios meses con problemas de espalda con 2 épocas de baja laboral debido a una protusión discal, un amigo me recomendó probar la técnica Alexander. Me explicó que mis problemas podrían ser causados por 'tensiones' en mi cuerpo que cargaban de forma excesiva mi espalda. Inicialmente me mostré escéptico porque me considero una persona bastante relajada sin ningún tipo de estrés o tensión significativo.

No obstante, al comenzar con sesiones de Técnica Alexander, aprendí que efectivamente estaba haciendo un uso incorrecto de mi cuerpo, causando tensiones continuas. Lo interesante es que durante las sesiones, a uno no se les enseña lo que es malo o correcto, sino más bien uno lo descubre por si mismo. Gracias a esto, quedé convencido de la utilidad de la Técnica Alexander. Además, el hecho de descubrir uno mismo el uso correcto de su cuerpo, ayuda muchísimo en aplicarlo en la vida diaria.

Creo que también es muy importante que la Técnica Alexander está simplemente basada en la construcción 'mecánica' de nuestro cuerpo (huesos y músculos), la cual muchas veces ni conocemos simplemente porque nadie nos lo ha enseñado. El hecho de conocer nuestro cuerpo, ayuda muchísimo en hacer un uso correcto de ello, y con esto evitar problemas futuros o bien suavizar o resolver problemas existentes.

El problema en mi espalda es un daño irreversible, no obstante ahora ya no me molesta y creo que con lo que aprendí con la Técnica Alexander podré evitar nuevos episodios de dolor y bajas laborales. La técnica también me ha ayudado a hacer un uso más eficiente de mi cuerpo, lo que permite hacer las cosas con menos esfuerzo, causando menos cansancio.

Por razones laborales, acabo de estar una semana en una feria lo que significa estar todo el día de pie. Anteriormente acabé semanas así con mucho cansancio y dolor en los pies y piernas. En cambio esta vez apenas he sentido cansancio.

Cuando compras un electrodoméstico te lo entregan con instrucciones, asi tienes una información referente a cómo usarlo y que te alerta sobre que no debes hacer con él. Pero cuando se trata de uno mismo, no tenemos ni idea de cómo van las cosas. Ésta información tan necesaria es lo que me ha proporcionado la Técnica Alexander. Es como recibir el folleto de las instrucciones para el propio organismo. ¡Si esto me lo hubieran enseñado de pequeño, me habría ahorrado muchos dolores de espalda!

Puedo recomendar la Técnica Alexander a todo el mundo, tanto para personas con problemas corporales como para personas sanas. Ojalá hubiera conocido la técnica Alexander mucho antes.